- Escuchar a nuestros hijos. Es un punto de partida muy importante, porque sólo 1/3 de los niños y niñas que sufren acoso lo denuncian, según sus propios datos.
- Implicarse e informarse de los planes de prevención de la violencia y por la convivencia en el centro educativo de nuestros hijos, buscar ayuda tanto si nuestro hijo es acosado, es acosador o es testigo.
- Alentar en nuestros hijos el coraje de denunciar situaciones injustas, no entrar e comparaciones y estereotipos, ayudar y no invalidar al acosador y fomentar la asertividad en la expresión de las opiniones de nuestros hijos.
- No olvidar que “padres y madres somos responsables de la educación y transmisión de valores, de la toma de conciencia de sus derechos pero también obligaciones, del aprendizaje del respeto a los demás y a sus diferencias ya sean ideológicas o personales”.
- Tener en cuenta que “padres y madres somos los responsables de permitir ver a los hijos e hijas ciertos programas de televisión, películas en cine, juegos de videoconsolas, etc. sin que medie nuestra opinión crítica sobre ellos, sin que hayamos establecido un diálogo sobre esos temas con nuestros hijos e hijas”. Así nuestros hijos pueden aprender que la violencia está justificada o incluso que es divertida y atractiva.
- “También es importante que nos preocupemos por conocer a los amigos de nuestros hijos e hijas para evitar que se integren en pandillas identificadas con la violencia. Las familias somos también responsables de acercar a los hijos e hijas hacia los modelos sociales positivos y solidarios introduciéndolos en contextos de ocio y de grupos de pertenencia constructivos donde se crean ambientes que prioricen los valores democráticos, de tolerancia a la diferencia, de la equidad, entre otros”.
Estas recomendaciones se han recogido de la Guía de la CEAPA (Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres) para combatir el acoso escolar.